martes, 15 de agosto de 2023

Ciclistas de Mallorca Miguel Mir Calafell (Calviá 29-09-1909 - 23-07-1975).


 Miguel Mir , poco antes de disputar una prueba(Peguera. Aprox. 1926
Miguel Mir , durante un entrenamiento (Belfort, 1928)
Miguel Mir, campeonato Calviá, Sa Societat - 25 Julio 1933

Ya desde muy joven siente una gran afición por el deporte del ciclismo por lo cual tras su jornada laboral ya de por si pesada, pues trabaja como jornalero, dedica parte de las tardes a entrenarse en lo que era su deporte favorito.

Con 16 años disputa su primera carrera en la villa de Andratx, en la línea de salida había ocho corredores, entre ellos algunos profesionales, es de destacar el subcampeón de España tras moto. A pesar de ello desde los primeros momentos cogió el mando de la carrera y se presentó en solitario en la meta, sin que la colaboración entre todos los demás sirviese para inquietarlo durante la prueba. Desde ese momento se convierte en ídolo de la localidad, cariñosamente le apodaron con el sobrenombre de "es negre", debido a que en su primera carrera vistió de negro.

Posteriormente viste los colores de casa Darder, su nuevo lugar de trabajo como mecánico. Disputo carreras en Calviá, Capdellá, Palma, Velódromo de Tirador, S'Indioteria, Galilea y por todo Mallorca.

Sus triunfos fueron continuos, es de destacar que en una misma tarde consigue dos triunfos el primero en Andratx y seguidamente en Calviá (eran la fiestas), y lo más asombroso es que tenía que hacer el desplazamiento con la misma bicicleta que después disputaba la carrera. Compite con Mateo Pons, fue tercero en el campeonato de España de velocidad, con quién entabla una gran amistad después de una carrera celebrada en Peguera y con llegada delante de C'an Tianet en la cual y después de sufrir una caída llega a disputar la victoria al sprint y clasificarse en 2º lugar. Desde este día el padre de Pons que por aquellas fechas ya disponía de coche los transporta en todos los desplazamientos. Esta amistad se traduce en mutuas colaboraciones en carreras disputadas por ambos corredores. A los diez y ocho años participa en las eliminatorias de los campeonatos de España de persecución celebrados en el velódromo de Tirador. Este mismo año marcha a Francia, en las localidades de Bellfort y Marsella, trabaja de camarero, pero no deja su afición por el ciclismo, lo que le lleva a conseguir lo que para él fueron sus mejores puestos en clásicas de renombre, teniendo a su lado auténticos ases del pedal, como los hermanos Pelissier. Su mayor orgullo fue el 5º lugar conseguido en una crono escalada, gesta heroica, la prensa del momento lo compara con el gran escalador Vicente Trueba.

En el país galo en los años treinta, era muy difícil el conseguir licencia internacional, hecho que para Miguel no fue dificultad debido a sus meritos y en parte a algunas de sus amistades como los citados hermanos Pelissier, esta licencia le permite competir en cualquier prueba ciclista celebrada en aquel país a excepción del campeonato de Francia. En 1931 regresa a Mallorca y cuelga la bicicleta, pero después de dos años de retiro, en parte debido a su afición y a la presión de muchos de sus amigos decide volver a correr, participa en alguna prueba con uno de sus mejores amigos José Nicolau, vencedor de la vuelta a Mallorca, y campeón de España de velocidad en pista (1934), el mismo año este campeón pierde la vida en el velódromo de Palma a los 26 años. Justo una semana antes de contraer matrimonio.

Disputa el campeonato de Calviá, el cual se celebra el 25 de julio de 1933, resulta vencedor y se le impone una bonita banda bordada a mano. También Galilea le aplaude al coronar con notable éxito la tradicional subida al pueblo y que se celebraba cada año durante sus fiestas, a pesar de que algunos de sus oponentes no querían que estuviera en la salida, con el único pretexto de que había participado en pruebas con profesionales.

Sabemos que el ciclismo amateur, e incluso profesional en aquellos tiempos era y es un deporte muy duro, en el que el esfuerzo físico i psíquico es tremendo, pese a ello creemos que aun sufriendo Miguel disfruto con lo que fue uno de sus grandes hobbies.

Cuando regreso de Francia, portaba cuatro bicicletas dos de pista y dos de carretera, pero de la que siempre se sentía orgulloso era de una de las de carretera de la marca Charlot.