miércoles, 29 de enero de 2020

El paisaje como inspiración y estilo - ANTONIO ALZAMORA MUNTANER

Antonio Alzamora

No en balde Antonio Alzamora fue discípulo del maestro Ramón Nadal Horrach (Palma, 1913 – 1999). Pero muy pronto emprendió el vuelo en solitario, con estilo propio, con nuevos y osados conceptos de la utilización del color. El crítico y asesor de arte Rafael Perelló Paradelo dijo: “Antonio Alzamora (Artá, 1933) basándose en el paisaje mallorquín, tan típico y tan tópico, lo interpreta y recrea de tal forma que brota una visión inédita e intransferible de cada tema”. Y otros críticos de enjundia como Rafael Jaume, exclamo “¡Albricias hay un pintor!” y aún un tercer crítico, Guillem Morey Mora, comenta: “Al situarnos frente a la visión policroma de este pintor, salta a la vista una turbulencia de creatividad ricamente impulsiva. Los medios de Alzamora se mueven con vehemencia entre masas, planos y atmósferas de tremendas luces”.
Al artista que reside en Calviá desde los 18 años, se le reconoce un lugar destacado entre los pintores paisajistas de las últimas décadas.
Hay aspectos del artista, anecdóticos, que nos gustaría desvelar a los lectores de este blog, tal vez por lo que tienen de inéditos.
A Alzamora, siempre le gusto jugar al futbol, se apasionó por la práctica de este deporte unos seis años en que jugó de portero en el Artá y luego en el C.D. Calviá.
Su primera exposición, tuvo lugar en la Galería ART FAMA de Palma. Desde sus comienzos, la manera de interpretar su pintura, ha sufrido algunos cambios, pues su primera época fue azul, después hubo más ocres y blancos y en la actualidad, predominan los rojos, azules y grises.  
Por mi parte quiero añadir, que Alzamora es un gran enamorado de la música clásica, siendo sus instrumentos preferidos el violín y el piano. No puedo dejar de reseñar que cuando pinta le gusta escuchar a sus autores preferidos que son Tchaikovsky y Paganini.
Generalmente pinta por las mañanas cuatro o cinco horas, otras tantas las dedica a contemplar paisajes o leer libros referentes a pintura. Le gusta la pintura de estudio aunque reconoce que con anterioridad hay que estudiar el paisaje, habiendo estado en el campo.
Ha realizado exposiciones colectivas en las salas más importantes de Palma como Bearn, Circulo de Bellas Artes, Galería Jaume III, Galería 19, Rubinés Baldós, L’Auba, Art Viu, Art Fama, Antonio Ribas, Goya, Horrach Moya, Monet (Peguera). También exposiciones individuales en Chippendale Art (Puerto de Andratx), Artá, Inca, Manacor, Pollença, Bunyola, Sa Pobla, Lluchmajor, Felanitx, Lloseta, Calviá, Cala Millor y También en las galerías Art Fama, L’Auba, Baldós, Casal Balaguer, y Horrach Moya en Palma.
Ha participado en distintos certámenes de pintura realizados en la isla. Medalla de oro en el I y II Certamen para pintores locales de 1967 y 1968 (Calviá), tercer premio de paisajes “Monuments de Calviá” en 1973, segundo premio en el IV Certamen Internacional de 1974, primer premio de la Asociación de Bellas Artes (Adeba) en 1982 y segundo en 1983, primer premio de la Asociación de Bellas Artes de Baleares 1985, tercer premio de pintura Villa de Andratx 1984, tercer premio de pintura Villa de Felanitx 1986, seleccionado “Saló de Tardos – Bienal de pintura de Baleares”, patrocinado por “La Caixa”, exposición itinerante por todas las Baleares y Cataluña 1985.
Bibliografía: Artes Plásticas, especial Baleares. En el Diccionario Rafols de Artistas de Cataluña, Baleares y Valencia. En el Diccionario de la pintura contemporánea en Mallorca del ilustre periodista y escritor Gaspar Sabater. En el Diccionario de Pintores y Escultores Españoles del Siglo XX. Guía del Arte 1994. Arte español 1978. Gent Entorn a Calvià. Guía del Arte 1982.
Museos: Obra en el Museo contemporáneo de Porreras y en el Museo del Monasterio de Lluc. Tiene obras por diversas colecciones particulares de América y Europa.
Para definir a Alzamora podríamos decir que es un virtuoso de la pintura pues si Schubert, después de leer las composiciones de un compositor novel decía “tiene mucho talento, pero no sabe modular”, nos encontramos con que Antonio tiene una exactísima modulación del color, cosa no muy frecuente en otros pintores.
Para terminar solo me resta desear suerte como siempre a Toni y que siga creando estas magnificas obras pictóricas, para deleite de tantos admiradores de la buena pintura.
Antoni Alzamora en un viñedo de Sineu 
Casa de Arta (Antonio Alzamora
Ermita de Betlem (Artá, diciembre 1979
Huerto de los ermitaños (Artá, 1979) 


sábado, 4 de enero de 2020

Hugo Alberto Soto Fraga

Hugo entusiasmado con su trabajo
Hugo admirando esta bella panorámica
El artista plástico Hugo Alberto Soto Fraga nació en Artigas el 16 de noviembre de 1965, donde desde muy pequeño comenzó sus estudios plásticos y expuso por primera vez en Artigas cuando tenía 17 años. Allí el profesor Ariel Dieste, lo conectó con el pintor Edgardo Ribeiro, “a quien le debo lo poco que sé que aprendí en su taller en varios años”, confiesa.
Allí nació el contacto con Mallorca, porque el hermano de Edgardo, Alceu Ribeiro, vivía en la isla y él me abrió el camino por esas tierras”. Actualmente vive en la localidad de Santa Ponsa, Municipio de Calviá en Mallorca, y sus pinturas refleja los paisajes que no tuvo en su tierra natal pero que con su andar por el mundo fue descubriendo e impactando en su creación.
Soto comenta que hace 15 años se marchó de Artigas para vivir cinco años en Colonia, donde tuvo su primer encuentro cotidiano con el río ancho como mar, el Plata, y luego se marcharía a Mallorca donde descubre paisajes en sus incursiones por las islas que luego encarna en sus telas.
En las tierras del norte uruguayo, en el departamento de Artigas, hay varias minas de amatistas, y quienes frecuentamos esos lugares buscamos deshechos de las mismas buscándole formas que nos permitan identificar un lugar en su silueta.
Soto nos cuenta emocionado que “uso mucho el kayak como deporte y además en busca de paisajes para pintar porque vista desde el mar la isla es preciosa también. Y visto a nivel del mar, los reflejos en el agua son diferentes a los que se aprecia a dos o tres metros de altura”.
Continuó explicando que “casualmente llegué a una isla que solo se llega en barco, encontré un punto donde aprecié en una roca el contorno del mapa de Uruguay. Fue algo increíble, porque si me muevo cuarenta centímetros para un lado o para el otro, cambia totalmente y ya no es la figura de mi país”.
Aseguró que “en ese momento me emocioné, me cayeron las lágrimas, y de ahí le saqué fotos y comencé a difundirlo”, dijo que “ahora los uruguayos que viven en la isla ya lo conocen” y pidió  “espero que no le hagan ni siquiera una marca al lugar donde se ve el mapa de Uruguay porque es una isla protegida y me parece que sería muy negativo para nosotros no dejar el lugar tan virgen como se conserva”.
 Hugo Soto con su caballete, junto al mar, al que tanto ama
Poco después de haber finalizado esta estupenda pintura
Otra de sus maravillosas obras, en relación al mar