Estàtua de Junípero Serra. Petra (Illes Balears) |
Patio trasero de la casa del Padre Serra |
Museo dedicado a Junípero Serra (inaugurado en 1959) |
Casa solabriega de la familia Serra en la calle Barracar |
Mallorca y
California han sido escenario de numerosos homenajes a Junipero Serra,
el misionero mallorquín que cruzó el
oceano para fundar la misionés que dieron lugar a las ciudades más importantes
de la costa oeste de Estados Unidos.
Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 28 de septiembre de 1988, y el
23 de septiembre de 2015 fue canonizado por el papa Francisco, en la ciudad de Washington D. C A partir
de ese momento es también conocido por muchos católicos como San
Junípero Serra.
Nació
el 24 de noviembre de 1713 y fue bautizado el mismo día en la parroquia de San
Pedro de Petra, con el nombre de Miguel José. Sus dichosos padres fueron
Antonio Serra y Margarita Ferrer.
La
casa de la Calle Barracar procedía de su abuela paterna. Esta casa pasó a ser
propiedad de su padre el 29 de octubre de 1719. Formado cristianamente por su
familia, ayuda a cultivar los campos donde conoce los diferentes cultivos que
más tarde enseña a los nativos y aprende las primeras letras en las aulas del
convento de San Bernardino, donde empieza a florecer la vocación religiosa.
Partió de Petra a los
16 años para estudiar en Palma de Mallorca (1729). Realizó el año de noviciado
en el Convento de Jesús de Palma y después pasa al Convento de San Francisco,
tomando el nombre de Fray Junípero por la devoción que, en sus lecturas, le
había inspirado aquel santo compañero del fundador de la Orden de San Francisco
de Asís, en el que permanecerá hasta su partida de la Isla. Aquí realizo sus
estudios sacerdotales, enseñando Filosofía y después fue catedrático de
Teología Luliana. Alternaba la docencia con la predicación. Predicando la
cuaresma en su pueblo recibió el permiso para poder partir hacia Misiones. Su
último sermón lo predicó en el Santuario de Bonany, el tercer día de Pascua.
Este día fue su despedida de Petra.
El
día 13 de abril de 1749, después de comer a mediodía, se despide de la
comunidad y embarca junto con el P. Francisco Palou (que más tarde
sería su gran biógrafo), camino hacia Méjico[1].
Del
padre Serra aunque no se conserva ninguna composición musical y ni siquiera se
tiene noticia de que la hubiera escrito, si sabemos que desde niño destacó en
el canto coral actuando de forma admirable, ya que estaba dotado de muy buenas
cualidades naturales, sonora voz y fina entonación fue el regalo que la
naturaleza le había adornado.
Siendo
aun un niño en Petra, atraía la atención por su voz y fue por este motivo que
le admitieron en el coro del convento local de San Bernardino de Sena. Aquí
alterno la docencia en las aulas con el canto en el coro, juntamente con los
religiosos y un grupo de muchachos cantores.
Cuando
llego a Méjico en 1749 edificó a todos los religiosos del Colegio de Misioneros
de San Fernando por su puntual y cotidiana asistencia al coro. Más tarde cuando
llega a la Sierra Gorda y le vemos en plena actividad en su misión de Jalpan,
donde construye una magnífica y espaciosa iglesia que hoy es la admiración de
quienes la visitan, nos damos perfecta cuenta de cómo ese bagaje
musical, que le acompañaba formando parte de su mismo ser misionero y adquirido
durante su formación de estudiante, le sirve de oportuno instrumento para
desarrollar eficazmente su tarea apostólica y civilizadora logrando abundante
fruto a favor de las almas.
El
canto, la predicación y el buen ejemplo fueron como las tres herramientas con
las que se sirvió para roturar aquellos áridos campos de la gentilidad,
convirtiéndolos en frondosos vergeles con abundantes frutos de religiosidad,
sanas costumbres y progreso tanto cultural como material.
Las
misas siempre que le era posible las celebraba cantadas, sobre todo en las
fiestas más destacadas del Señor, la Virgen o de los Santos. Particular interés
puso en la celebración del tiempo de Navidad como en el de Cuaresma, durante
los cuales oficiaba las religiosas ceremonias con gran solemnidad, entonando
siempre los cantos propios de cada uno de estos periodos litúrgicos[2].
Desde
1759 a 1767 Junipero se dedicó a predicar misiones populares en la parte
central y meridional de Méjico[3].
En
1769, cuando comienza la conquista española de la alta California, se consagra
con otros mallorquines, en la evangelización de los indígenas y a la
fundación de nuevas misiones. San Fernando de Villacatá (1769), San Diego
(1769), San Carlos Borromeo, Carmel (1770), San Antonio de Padua (1771), San
Gabriel (1771), donde florecerá la ciudad de Los Ángeles, San Luis Obispo
(1772), San Juan Capistrano (1776), San Francisco (1776), Santa Clara (1777),
San Buenaventura (1782)[4].
Falleció
el 28 de agosto de 1784, en la misión de Carmel, donde tuvo su residencia y
finalizó sus días, fue enterrado y allí perduran sus restos.
La
labor realizada en California fue tan profunda que desde el año 1931 figura
como uno de los representantes del Estado de California en la Galería de la
Fama de los Estados Unidos, y fue colocado un monumento en el Capitolio de
Washington[5].
Fue
beatificado el 25 de agosto de 1988, por el Papa Juan Pablo II. El Papa lo
reconoció como hombre universal[6].
En Palma un Instituto de Formación Profesional lleva su nombre; el Ayuntamiento
lo nombro hijo ilustre y le dedico una calle. En Petra, el Ayuntamiento le da
el nombre a una plaza y en 1913 le erige un monumento.
En
esta localidad hay un museo dedicado a su figura y obra.
No
podemos olvidar que para perpetuar su memoria como cantor de las glorias de
Dios, de la Virgen y de los Santos, varios son los acreditados compositores que
han compuesto una valiosa colección de obras musicales, en honor de Junipero
Serra.
De
entre ellas podemos señalar: Himne a Fra Juniper Serra en el 250
aniversari del seu neixement, con letra de M. Ramis y música de B. Gayá
y En la Sierra Gorda(canción del recuerdo), letra y música: Dr.
Salvador Ibarra Padilla. México, D.F. Febrero de 1979. Etc.
[1] Ribot Amengual, Jaume; Guía
de Petra.Tras los pasos de Junípero; pág. 12. Edición de la Fundación Jaume
Ribot i Amengual. Con la colaboración de la Fundación “Sa Nostra” y el Consell
de Mallorca. Petra 2007.
[2] Fr. Salustiano Vicedo; Apostol
y civilizador; Boletin de divulgación de Fray Junipero Serra “El
Apostol de Sierrra Gorda y de Las Californias”. Publica: Fraternidad de
Franciscanos. O.F.M. Petra (Mallorca) España. Nº 88, pág. 3-4. Abril
1982.
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