El escultor Miguel Aguiló con el vigilante. 1998 |
El vigilante de D. Bartolomé Calatayud. 1998 |
Fue
una gran persona, donde lo más importante además de su familia fueron sus amigos.
Perteneciente a la escuela Pollensina, tuvo una gran amistad con Anglada
Camarasa y con el maestro Bartomeu Calatayud.
Por
GAFIM
Miguel
Aguiló reafirma su tónica en la que predomina el vigor y la decisión del
empaste, muy generoso por lo general y, a ratos, suculento. Anotar su
luminosidad, cada vez más intensa y fulgurante. Su preferencia por las marinas
está justificada gracias al lirismo del que van impregnadas[1].
Por
GASPAR SABATER
MIGUEL
AGUILO es un artista que ha abordado el paisaje con una fuerza no corriente.
Digo con una fuerza no corriente, porque estamos acostumbrados a que nuestro
paisaje sea tratado, en forma un tanto dulce y almibarada. Y nuestro paisaje,
pese a esta visión estereotipada, tiene una fuerza considerable. Miguel Aguiló,
nos ha ofrecido una obra en la que nuestro paisaje está tratado con fuerza y
vigor. La paleta de este artista ha sabido hacer suyos unos paisajes y los ha
mostrado al público con toda la fuerza de un acusado temperamento de pintor.
Tanto desde el punto de vista de la línea como desde el punto de vista del color,
estas obras de Miguel Aguiló son exponentes de una manera particular y propia
de entender el paisaje mallorquín[2].
EL
VIGILANTE DE D. BARTOMEU CALATAYUD
Durante
muchos años en la entrada de la casa del maestro y situado cerca de la puerta,
había un busto al que él cariñosamente llamaba “El Vigilante”, muchos fueron
los que se fijaron en esta escultura pero la verdad es que no se sabía quién
había llevado a término esta bonita obra. Todos coincidían en que el autor
tenía que haber sido algún alumno o amigo del maestro, pero como el busto no
estaba ni firmado ni tenía fecha, era un trabajo arduo y difícil el llegar a
conocer al autor.
Después
de muerto el maestro y sin haber trascendido el nombre del escultor, cada vez
veíamos más difícil el poder llegar a localizarle, Pero como todo tiene sus
compensaciones, repentinamente se nos pasó por la mente que si había dedicado
tantas y tantas canciones a amigos, pintores, etc. pues bien podía haber
dedicado una al escultor autor de su busto. Por lo cual después de repasar
composiciones que estuvieran editadas por fin encontramos una de título “Zambra” del año 1964, con la siguiente
inscripción “a mi amigo el pintor y
escultor Miguel Aguiló”. A partir de aquí todo fue fácil, además de
reconocer que tuvimos bastante suerte, pues la verdad es que además de
encontrar al autor del “Vigilante” de D. Bartomeu Calatayud, tuvimos el gusto
de conocer a una de las personas que probablemente han sentido más admiración
hacia este gran maestro que fue Calatayud. Fruto de esta admiración salió la
idea de hacer el busto del maestro, el cual poco a poco se fue tallando con dos
ideas, una de rendirle un pequeño homenaje del cual era acreedor y que lo
organizó “Juventudes Musicales” (1960). La otra que en el día de mañana si
llegaba el momento en que alguna institución quisiera rendir tributo a este
gran maestro, tanto sea con el nombre de una plaza como de una calle y
quisieran poner el busto de nuestro querido “Bartomeu”, sólo se tendría que
moldear en bronce o piedra, pues el trabajo más difícil ya estaba consumado,
por tal motivo la escultura se hizo más bien un poquito grande.
Un
dato curioso de cuando se elaboró, fue la discusión de si la escultura debería
llevar gafas o no (era lo único en que el escultor y el guitarrista no llegaban
a ponerse de acuerdo). “El Vigilante” fue esculpido, con sus gafas, en el año
1959.
EXPOSICIONES EFECTUADAS POR MIGUEL
AGUILÓ
Pollensa 1955
Sabadell 1965
Suecia 1965
Nueva York 1955
Nueva York 1960
Nueva York 1965
Barcelona 1973
Sabadell 1974
Pollensa 1974
Palma 1975
Sabadell 1976
Palma 1976
COLECTIVAS EN LAS QUE PARTICIPÓ
Galerías Rovira,
Sabadell 1974
Galerías Grifé y
Escoda, Barcelona 1973
Galerías C. de Bellas
Artes, Palma 1973-74-75
1º y 2º Certamen de la
Lonja 1974-75
Galerías El Arenal
(patrocinada por Grifé Escoda) 1975
Galerías Xaloc 1975
Universo 1974
Pollensa 1973
Galerías Rovira,
Sabadell 1975
Dotado
de un fuerte poder de captación, cultiva el paisaje con delectación y cariño.
Dentro de un neoimpresionismo grato a la contemplación se desenvuelven las
obras de este artista. Obras en las que un colorido entonado y agradable a los
ojos, se une a un trozo enérgico y decidido dentro la más pura tradición
impresionista[3].
Amaba
profundamente Mallorca y así lo demuestra su extensa obra en la que podemos
admirar el paisaje de nuestra querida isla.
Actualmente, Miguel Aguiló vivía junto a su esposa
Laura y sus hijos, en su domicilio de siempre en el Secar de la Real (Palma).
Ante todo,
fue un buen amigo al que no podremos olvidar. Descanse en paz.
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